jueves, 30 de abril de 2009

El libro


Se acurrucó entre sus sábanas y se preparó para abrir una vez más su libro especial.

Era un momento muy importante, uno nunca sabía que podía depararle el destino al descubrir sus páginas. Jamás olvidará la vez que terminó rodeado de ciertos personajes que le miraban amenazante, con más objetos punzantes que los que cualquier persona decente esperaría ver en toda su vida. Por suerte la mayoría de las veces le ocurrían cosas agradables y divertidas, sino no estaría allí tomando el riesgo, una noche más.

Un último suspiro, cerró los ojos, sus dedos hicieron el honor y el libro quedó descubierto, quedando aproximadamente la mitad de sus hojas a cada lado. No sin miedo, abrió sus párpados lentamente.

Caía, simplemente caía al abismo. Uno nunca llega a acostumbrarse a estos sobresaltos, pasar de estar tranquilamente en tu cómoda cama a atravesar el cielo a 90 Km por hora en picado no es algo que se digiera de manera sencilla, pero él se lo había buscado. Intentó calcular el tiempo que le quedaba antes de parar de una forma que probablemente no le iba a gustar, pero vió con sorpresa que el final estaba muy lejos, si es que lo había, por lo que se tranquilizó bastante, es bueno saber que se dispone de mucho tiempo en una situación así, aunque en ese momento no tengas la menor idea de qué hacer.

Ahora que tenía la mente más despejada pudo pensar con algo más de claridad, dentro de lo que cabe claro. Se miró los brazos, fue agradable descubrir que habían unas grandes y fuertes alas en su lugar. Todo su cuerpo parecía preparado para el vuelo, al parecer ahora era algún tipo de ave. Poco a poco fue cogiéndole el truco a esto de volar y planear, era difícil pero al cabo de un rato era capaz de controlarlo bastante bien, así que se dispuso a disfrutar. Le quedaba más o menos una hora antes de reaparecer en su cama bajo su estado original, y no iba a desaprovechar un sólo minuto, nunca se sabe cuándo volverás a saborear un momento así.

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Dedicado a todos aquellos que aún creen en la magia. Sólo hay que saber dónde buscar.

jueves, 12 de marzo de 2009

Basta ya!!


Basta ya de la puta neutralidad de todos los gobiernos.

Basta ya de lamerle el culo a EEUU y sus amigos judíos.

Basta ya de la impasividad de la gente.

Basta ya de mirar para otro lado.

Basta ya, que alguien devuelva el sentido común al planeta, si es que alguna vez lo hubo.



Erased-wiped off the map from CIES IMATGES on Vimeo.

lunes, 26 de enero de 2009

Evasión

Afortunados los que pueden saborear su soledad, los que son capaces de sacar provecho y paz.

El parque cada vez le parecía más pequeño. Conocía cada árbol, cada flor, la manera en la que los troncos se teñían de rojo cobrizo cuando los últimos destellos del día reflejaban en ellos. 

Él mismo no sabía por qué lo recorría a diario, quizás porque nunca le fallaba, siempre estaba ahí para él, desinteresado, sincero. 

Las últimas noches habían sido duras, su cabeza era un torbellino de sentimientos y emociones que jugaban con sus recuerdos. Eso no es bueno para nadie. Por momentos, perdía el control de su mente, abandonando por completo lógica y razón. Se veía envuelto en una especie de cruel ensoñación que le robaba las horas, en ocasiones demasiadas.

Aquel día necesitaba su paseo más que nunca, estaba nervioso, la ansiedad recorría su cuerpo como un escalofrío. Necesitaba contarle al parque lo que a nadie más podía, que fuera testigo de sus sentimientos más profundos. No hay mayor peso que el de la propia culpa, y él hacía demasiado tiempo que se sentía culpable.  

Se dejó caer sobre la seca hierba, mirando el cielo despejado, preguntándose por qué lo veía nublado. No funcionaba, el parque no escuchaba más, esquivo, no era cómplice más. 

Cerró los ojos, deseaba dormir, dormir para siempre y no despertar hasta que ella le quisiera rescatar.

Desde entonces sueña, ausente hora tras hora, aguardando paciente, evadiendo una noche más la realidad. 

jueves, 8 de enero de 2009

Grecia en llamas


6 de Diciembre de 2008. La policía griega mata a sangre fría a Alexandros Grigoropoulos, un jóven de tan sólo 16 años. Sin más, sin razón, sin explicación.

Durante los días siguientes al asesinato de Alexandros, Grecia arde, todas las ciudades griegas y muchas europeas son testigo mudo de movilizaciones, manifestaciones y actos de protesta y venganza. Batallas callejeras más sangrientas que los disturbios en los barrios bajos parisinos de hace algo más de un año. Se toman emisoras de radio y de televisión desde donde se emiten videos y mensajes para la causa. Poco a poco los jóvenes van atrincherándose en las universidades, donde una fuerte ley estatal prohíbe la entrada, bajo ningún concepto, de la policía.

Desde una de esas universidades, se manda este sencillo texto a los medios de comunicación. 


Queremos un mundo mejor. Ayudadnos.
No somos terroristas, “encapuchados”, “gnostoi-agnostoi”*
Somos vuestros hijos.
Ellos, oi gnostoi-agnostoi…
Soñamos – no matéis nuestros sueños.
Tenemos empuje – no paréis nuestro empuje.
Recordad. Una vez fuisteis vosotros también jóvenes.
Ahora perseguís el dinero, os preocupáis sólo por el “escaparate”,
habéis engordado, os habéis quedado calvos, os habéis olvidado.
Esperábamos que nos apoyarais, esperábamos que os interesarais,
Que nos hicierais sentirnos orgullosos por una vez. En vano.
Vivís vidas de mentira, habéis agachado la cabeza, os habéis bajado los pantalones y esperáis el día en que moriréis.
No imagináis, no os enamoráis, no creáis.
Sólo vendéis y compráis.
Lo material en todas partes. Amor en ninguna parte. Verdad en ninguna parte.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde están los artistas?
¿Por qué no salen a la calle?
Ayudadnos a nosotros los hijos

PD: No nos arrojéis más gases lacrimógenos.

Nosotros lloramos por nuestra cuenta.

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http://www.nodo50.org/La-policia-asesina-a-un-joven.html