lunes, 26 de enero de 2009

Evasión

Afortunados los que pueden saborear su soledad, los que son capaces de sacar provecho y paz.

El parque cada vez le parecía más pequeño. Conocía cada árbol, cada flor, la manera en la que los troncos se teñían de rojo cobrizo cuando los últimos destellos del día reflejaban en ellos. 

Él mismo no sabía por qué lo recorría a diario, quizás porque nunca le fallaba, siempre estaba ahí para él, desinteresado, sincero. 

Las últimas noches habían sido duras, su cabeza era un torbellino de sentimientos y emociones que jugaban con sus recuerdos. Eso no es bueno para nadie. Por momentos, perdía el control de su mente, abandonando por completo lógica y razón. Se veía envuelto en una especie de cruel ensoñación que le robaba las horas, en ocasiones demasiadas.

Aquel día necesitaba su paseo más que nunca, estaba nervioso, la ansiedad recorría su cuerpo como un escalofrío. Necesitaba contarle al parque lo que a nadie más podía, que fuera testigo de sus sentimientos más profundos. No hay mayor peso que el de la propia culpa, y él hacía demasiado tiempo que se sentía culpable.  

Se dejó caer sobre la seca hierba, mirando el cielo despejado, preguntándose por qué lo veía nublado. No funcionaba, el parque no escuchaba más, esquivo, no era cómplice más. 

Cerró los ojos, deseaba dormir, dormir para siempre y no despertar hasta que ella le quisiera rescatar.

Desde entonces sueña, ausente hora tras hora, aguardando paciente, evadiendo una noche más la realidad. 

jueves, 8 de enero de 2009

Grecia en llamas


6 de Diciembre de 2008. La policía griega mata a sangre fría a Alexandros Grigoropoulos, un jóven de tan sólo 16 años. Sin más, sin razón, sin explicación.

Durante los días siguientes al asesinato de Alexandros, Grecia arde, todas las ciudades griegas y muchas europeas son testigo mudo de movilizaciones, manifestaciones y actos de protesta y venganza. Batallas callejeras más sangrientas que los disturbios en los barrios bajos parisinos de hace algo más de un año. Se toman emisoras de radio y de televisión desde donde se emiten videos y mensajes para la causa. Poco a poco los jóvenes van atrincherándose en las universidades, donde una fuerte ley estatal prohíbe la entrada, bajo ningún concepto, de la policía.

Desde una de esas universidades, se manda este sencillo texto a los medios de comunicación. 


Queremos un mundo mejor. Ayudadnos.
No somos terroristas, “encapuchados”, “gnostoi-agnostoi”*
Somos vuestros hijos.
Ellos, oi gnostoi-agnostoi…
Soñamos – no matéis nuestros sueños.
Tenemos empuje – no paréis nuestro empuje.
Recordad. Una vez fuisteis vosotros también jóvenes.
Ahora perseguís el dinero, os preocupáis sólo por el “escaparate”,
habéis engordado, os habéis quedado calvos, os habéis olvidado.
Esperábamos que nos apoyarais, esperábamos que os interesarais,
Que nos hicierais sentirnos orgullosos por una vez. En vano.
Vivís vidas de mentira, habéis agachado la cabeza, os habéis bajado los pantalones y esperáis el día en que moriréis.
No imagináis, no os enamoráis, no creáis.
Sólo vendéis y compráis.
Lo material en todas partes. Amor en ninguna parte. Verdad en ninguna parte.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde están los artistas?
¿Por qué no salen a la calle?
Ayudadnos a nosotros los hijos

PD: No nos arrojéis más gases lacrimógenos.

Nosotros lloramos por nuestra cuenta.

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http://www.nodo50.org/La-policia-asesina-a-un-joven.html